MÁS ALLÁ DE UNA EXPRESIÓN
Los pies… No suelen caracterizarse por ser algo bonito precisamente (aunque haberlos haylos). De joven solía reírme con un amigo junto con el cual decíamos la frase “es (tal cosa) más feo que los pies de otro”; y es que los pies “de otro” no suelen atraernos mucho, más bien sucede lo contrario, ¡que no nos toquen con los pies!.
Pero como en todo, ciertamente hay sus excepciones, porque dentro de no ser algo tan bello como puede ser unos ojos bonitos, pueden haber pies cuyas características sean las óptimas para los cánones de una buena anatomía. Llegan incluso a convertirse en algunos casos en un asunto de sensualidad.
Recuerdo a mi madre comentar en varias ocasiones cómo antes de ser novia de mi padre le atraían mucho sus manos y sus pies. Especialmente sus pies, ya que eran más difícil verlos y tenía que llegar el buen tiempo y la ocasión de alguna excursión al campo o playa donde pudiese darse el caso de estar descalzos.
El texto que hoy os presento hace referencia a la hermosura de los pies. Sin embargo, no hay que tener un alto grado de discernimiento, y ni mucho menos de nivel teológico, para entender el sentido de la afirmación bíblica.
El apóstol Pablo escribe a los Romanos una epístola en la cual (en el capítulo 10) podemos ver cómo está presentando el precioso y magnífico tema de LA SALVACIÓN DE DIOS EN CRISTO JESÚS, en qué consiste y cómo se logra alcanzar por parte de los hombres.
Y tras desarrollar el asunto llega a exponer algo básico: la salvación es por la fe, pero la fe es creer, y creer es por conocer, conocer el mensaje de Dios, o sea, su Palabra, y su Palabra debe ser oída, y para ser oída debe ser comunicada, es decir predicada,... y así nos encontramos con el versículo 14 que dice:
“¿cómo, pues, invocarán a Aquel en el cual no han creído? ¿y cómo creerán en Aquel de quien no han oido? ¿y cómo oirán sin haber quién les predique?”. (Romanos 10:14)
Y de aquí pasamos al versículo que os dejo en la imagen adjunta, el cual empieza: “¿y cómo predicarán si no fueren enviados?.” y le sigue el texto de la imagen el cual es una cita que el apóstol toma de Isaías:
"¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!" (Isaías 52:7)
Así que, evidentemente, la Biblia no nos llama a fijarnos en la belleza o fealdad de los pies de nadie, sino que nos muestra la grandeza de un ministerio tan sublime como es llevar el AMOR DE DIOS a los pecadores.
Nos hace ver cómo recibir la mejor de las noticias de tu vida te puede inundar de gozo y gratitud.
Es tan sublime el mensaje, es tan excelso su contenido, que embellece incluso al mensajero.
Algo así le pasó al Señor. Mirad la siguiente cita:
"Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste." (Lucas 11:27)
Esto, en estos días, y en la región donde vivo, sería algo así como: “¡viva la madre que te parió!”... y creo que pocas explicaciones hay que dar de esta expresión; entendemos perfectamente que es un piropo, una forma de exaltar a alguien porque ha dado motivos para ello…. (por ejemplo los artistas reciben loores de este tipo por sus dotes de canto, de baile, de actuación, etc…).
El Señor provocaba admiración en sus seguidores y hacía que muchas voces explotaran en alabanzas por las maravillas que en ÉL veían (tanto su Persona como su Obra).
Así que aunque lo que se ensalzan son los pies, el vientre, los senos, la madre o lo que sea que se diga, realmente el sentido de la alabanza se origina en el sujeto o motivo al cual (o por el cual) se le dirige.
En el caso de Jesús, ÉL mismo lo dejó bien claro: si pensáis que el vientre que me trajo y los pechos que mamé son bienaventurados, os digo que aún hay algo mejor:
“Él dijo: antes bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios, y la guardan”. (Lucas 11:28).
Y si, uno sería capaz de besar los pies de alguien que te trajese la mejor noticia de toda tu vida…. por muy feos que sean, los vería bellísimos…. porque el motivo los transforma en auténtica belleza.
NO NOS QUEDAREMOS CON LOS PIES, SINO CON MENSAJE DE SALVACIÓN. ¿VERDAD?.
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