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TAMBIÉN LLORÓ

“Jesús lloró”.

(Dias de inicio de pandemia por Sars-Cov-2)

Os presento uno de los 3 versículos más cortos de la Biblia. Los otros dos son “no matarás” y “no hurtarás” (de los diez mandamientos de Éxodo capítulo 20, versículos 13 y 15 respectivamente).

Este versículo que nos habla de esta reacción de Jesús nos revela al Jesús que muestra su carácter y naturaleza humana, perfecta, semejante a la de los hombres pero no igual porque le diferenciaba lo más importante: sin pecado; pero en cuanto a humanidad era perfectamente humano y en ningún momento dejó de ser divino, porque era Dios nacido hombre.

Jesús tenía en Betania unos amigos muy queridos, tres hermanos: Lázaro, María y Marta. Lázaro sufre un grave padecimiento y las hermanas envían llamar a Jesús para que acuda y obre un milagro que le sane y no llegue a morir (como hizo con otras personas y por lo cual su fama se extendía por toda la región).

Pero Jesús se demoró. Cuando llegó al lugar donde Lázaro estaba, ya hacía 4 días que había fallecido, y su hermana Marta le dice a Jesús “Señor, si hubieses estado aquí mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21)... de esa forma Marta demostraba que tenía fe en el poder sanador de Jesús.

Pero Jesús quiso mostrar algo mucho más elevado: Él es Dios, Él es el Autor de la Vida, y tiene poder sobre la vida y la muerte. De modo que Jesús se dirige a ella y le dice que Él resucitará a su hermano y espera de ella una respuesta de fe, de FE ABSOLUTA EN ÉL, no una fe que esté dentro de los límites lógicos de la mente humana y de las posibilidades humanas, sino una fe que declara que DIOS TODO LO PUEDE, Y SU PODER OBRA EL PERFECTO AMOR Y BIEN PARA LA HUMANIDAD.


Marta confiesa: “sí Señor, yo he creido…” (Juan 11:27). Ante la fe Jesús nunca se detendrá, y obrará, y tras esta confesión vemos cómo Jesús acude a realizar su obra milagrosa.

Pero justo antes ocurre lo llamativo: “JESÚS LLORÓ” (Juan 11:35). Cuando las gentes vieron esta reacción de Jesús dijeron “mirad cómo le amaba” (v.36).

Y ya es conocida la historia: Jesús con sólo dar una orden verbal con la Autoridad que sólo Dios tiene sobre vivos y muertos, hace que Lázaro (que incluso ya olía a corrupción) vuelva a la vida y salga de la tumba y continúe sus días con los suyos; milagro a la vista de todos y que puso en jaque a los que le odiaban (a Jesús) porque después de ver eso ¿quién no iba a creer en ÉL? (sin embargo, la naturaleza humana caída en el pecado es capaz de tener a Dios delante, rechazarle y querer matarle, como finalmente sucedió, y le crucificaron).

Ahora, hago las siguientes consideraciones:

¿Por qué lloró Jesús?.... Jesús es Dios, tiene poder para resucitar a los muertos, y Él lo sabe, sabía perfectamente que no había ningún problema, que todo era llegar, dar la orden y fin del asunto, Lázaro estaría vivo y perfecto…. entonces, lo más lógico es llegar con aires de “sobrado”, con una sonrisa de oreja a oreja y decir: “chavales, esto está controlao!...”

Sin embargo vemos una actitud de Jesús tremendamente sobrecogedora: ÉL llora, Él “se estremeció en espíritu y se conmovió” (v33 y v38).

JESÚS DEMUESTRA UN PROFUNDO RESPETO POR LA CONDICIÓN HUMANA, POR LA DEBILIDAD Y VULNERABILIDAD DEL SER HUMANO, Y POR LA TRAGEDIA DE ESE TERRIBLE TRANCE QUE ES: LA MUERTE.

Y eso lo manifiesta con su expresión de llanto y de conmoción, tan propia de la naturaleza humana.

Hoy estamos viviendo escenas de psicosis por causa de un virus que tiene en jaque al planeta, el famoso Coronavirus, y la enfermedad que provoca, la COVID-19. Vuelos cancelados, supermercados desabastecidos, material sanitario agotado, países en cuarentena…. etc…. hay pánico a… ¿a qué?..... A MORIR.

Sin embargo muchas son las veces que desde el plano del bienestar y la seguridad hemos escuchado hablar de ese concepto filosófico antropológico que dice: “la muerte es algo natural y hay que afrontarla lo más naturalmente posible”.... sin embargo, cuando la sociedad se baja del pedestal del bienestar y la seguridad, parece que la filosofía queda lejos y la realidad se nos pone muy de frente.

Algunos dirán que es el resultado de una forma de educación, donde nos enseñan a tener miedo a la muerte.

Jesús enseñó que la muerte no es natural, sino antinatural, que Dios no hizo al hombre para morir sino para vivir y gozar de Dios y de su Creación. Que la muerte es lo más terrible que ha ocurrido y ocurrirá jamás porque es el resultado de estar apartado de Dios, y Dios es Luz, Vida, Amor, Paz, Gozo, Gloria, y todo tipo de bien, y cuando se está lejos de Él se pierde toda posibilidad de tener nada de eso.

Por tanto, la muerte es el gran problema que el hombre afronta, y cuya mejor manera es la de entregarse a Aquel que es el Eterno, Fuente de Vida y de todo Bien.

Dos días antes de este escrito fue enterrada una queridísima amiga y hermana en la fe. Madre de 4 hijos, casada con un hombre excepcional, tenía 40 años; en su funeral hubo lágrimas, pero esas lágrimas no impidieron proclamar el Amor y la Gloria del Dios Vivo y Verdadero al que ella amó hasta el último día y al que ella, junto con su marido, enseñó a sus hijos a amar y seguir con fe y constancia.

Un funeral de lágrimas, pero un funeral lleno de gozo espiritual porque la Vida estaba reinando sobre la muerte y así se proclamó allí.

Pronto, los que creemos en ÉL estaremos con ella y con millones de millones más en la Presencia de Jesús en su Reino Glorioso. BENDITO SEAS SEÑOR.

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