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LUCAS 21. Y LAS SEÑALES DEL FIN. Parte 15

El momento de una privilegiada actitud. Parte 15.

“...Erguíos y levantad vuestra cabeza”

Es momento de una postura de victoria. Cuerpos erguidos, cabezas mirando hacia arriba, esa es la postura que se observa en los 3 finalistas de una competición cuando están sobre el podio y van a recibir sus trofeos.

Antes de ese momento han estado esforzándose, no era momento de posturas de gloria, eran momentos de perseverar hasta el final de la carrera, hay que acabarla como mínimo para vencer. Se ha sudado, se han sufrido contracturas, molestias, dolores, tropiezos, pero todo ha sido superado con tesón y unas energías propiciadas por un buen alimento y cuidados y consejos de un gran entrenador.

El creyente ha pasado siglos padeciendo por el Nombre de su Redentor, Jesucristo, ha experimentado todo tipo de dificultades pero todas ellas fueron libradas por la provisión del perfecto alimento que es su Palabra, y por la guía y el fortalecimiento de su Excelso entrenador, Jesús y su Espíritu. “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10); “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13); “Entonces las iglesias… se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo” (Los Hechos 9:31);

El apóstol Pablo escribe a Timoteo: “Tú pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que le tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero” (2ª Timoteo 2:3-6).

Tres ilustraciones que iluminan nuestra visión del papel que tenemos los creyentes en este mundo hasta el día que Cristo regrese: soldado, atleta, labrador… uno ofrece dedicación total, otro actúa legítimamente, y otro que trabaja primero para recibir después. Aspectos destacables de cada caso que ofrecen importante enseñanza.

Desde el día que Cristo partió a los Cielos, para regresar a su Trono de donde vino, los creyentes esperamos su promesa de regreso a esta Tierra. Han pasado más de 2.000 años. Son millones y millones de creyentes los que han partido de esta Tierra para encontrarse con Cristo en su Reino Celestial. Cada uno de estos han experimentado este episodio de vida: la lucha, la carrera, el trabajo…. y finalmente el reposo y la recompensa por permanecer fiel hasta el final.

De seguro que éstos, los que ya partieron, han podido oír las palabras que el Señor les refirió a sus discípulos en una parábola: ”Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:21).

El apóstol Pablo pudo decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, Juez Justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también A TODOS LOS QUE AMAN SU VENIDA”. (2ª Timoteo 4:7-8).

De modo que vemos dos cosas: 
a) por un lado, el haberse mantenido fiel hasta el final en la salvación de Dios ha propiciado la entrada al gozo (o presencia) del Señor… y, 
b) cumplir con el servicio fiel en una batalla o carrera de la fe, supone que habrá recompensa, y esa recompensa está reservada para “AQUEL DÍA”.

Almas que aguardan “aquel día” mientras descansan en su presencia desde hace siglos…. pero ¿y qué de los que estén en este mundo frente a tal evento que ha de acontecer?....
No sabemos si faltarán mil años más, cien o diez… pero la porción que estamos tratando ahora de Lucas 21:28 nos dice que podemos ser capaces de “olfatear” o “vislumbrar” (lo parafraseo) la cercanía de ese momento del regreso de Cristo.

Después de un largo camino andando durante semanas, llega el momento en el que ves tu destino en el horizonte…. es entonces cuando tu cuerpo deja de andar encorvado y cabizbajo… GRAN MOMENTO: VER TU DESTINO DELANTE DE TÍ...


Entonces “cuando estas cosas comiencen a suceder” cuando el horizonte os muestre la visión de la META….: ¡ERGUÍOS Y LEVANTAD LA CABEZA HIJOS DE DIOS! ¡ÉL YA ESTÁ CERCA!


¿ERES DE LOS QUE “AMAN SU VENIDA”?... Si Dios te salvó de tus pecados, SEGURO QUE SÍ.

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