HILVANAR PALABRAS...
De pequeño, en mi casa, prestaba atención (sin mostrar mucho interés pero lo suficiente como para enterarme y aprender) a momentos en los que mi abuela y mi madre hablaban de asuntos de costura.
Hay dos cosas que me encantaría controlar y no lo he conseguido: 1. La costura (con máquina de coser) y 2. La soldadura metálica.
En ese contexto es en el que la palabra "hilván" y su verbo "hilvanar" llegaron a mi cabeza. Nunca pregunté qué era, pero atendiendo a la conversación aprendí lo que era.
En el libro de Job, en la Biblia, encontramos que Job utiliza ese verbo y cuando lo descubrí me llamó la atención. (capítulo 16:4).
Estando Job en un tremendo sufrimiento físico y emocional, tres de sus amigos más allegados no paran de dar sus opiniones, juiciosas, sobre el "por qué" de su sufrimiento.
El argumento de Job al contestar los argumentos de sus amigos era claro:
no sois empáticos, habláis desde "vuestro lugar", como si fuese el "único lugar" (vuestra piel)...
Y, hablar es fácil, y gratis, y todos sabemos "hilvanar palabras".
El hilván parece que es el trabajo definitivo, pero no es bonito, no deja un correcto acabado, y no es funcional, o sea, no aguanta el uso, se rompería fácilmente con uno o dos usos.
Así, las palabras dichas a la ligera, pueden parecer en un principio llenas de razón y sentido, sin embargo, no son realmente útiles, no hacen el buen trabajo, es sólo apariencia, porque "suena bien", parece que todo lo que se ha dicho "encaja perfectamente"... pero a la hora del "uso" o "de la práctica" (a la hora de la verdad) sólo ha valido para rellenar una conversación o debate, pero no para aportar nada a quienes iban dirigidas; y por supuesto, nada positivo.
Lo peor es que suelen aportar daño y dolor.
Job dice: "yo también podría HILVANAR contra vosotros palabras..." es decir, también sabría criticar, acusar, reprochar, etc ... sin otro objetivo que el de apuntar con mi dedo índice contra vosotros.
- Y continúa: pero yo no haría eso, tendría un propósito muy distinto, (y lo podemos leer en el pasaje de la foto 1 al final, versículo 5):
1.- os alentaría con mis palabras
2.- con mis palabras consoladoras apaciguaría vuestro dolor.
De pequeño, en mi casa, prestaba atención (sin mostrar mucho interés pero lo suficiente como para enterarme y aprender) a momentos en los que mi abuela y mi madre hablaban de asuntos de costura.
Hay dos cosas que me encantaría controlar y no lo he conseguido: 1. La costura (con máquina de coser) y 2. La soldadura metálica.
Me parecen dos actividades tremendamente útiles y prácticas.
En ese contexto es en el que la palabra "hilván" y su verbo "hilvanar" llegaron a mi cabeza. Nunca pregunté qué era, pero atendiendo a la conversación aprendí lo que era.
En el libro de Job, en la Biblia, encontramos que Job utiliza ese verbo y cuando lo descubrí me llamó la atención. (capítulo 16:4).
Es usado como reproche o queja.
Estando Job en un tremendo sufrimiento físico y emocional, tres de sus amigos más allegados no paran de dar sus opiniones, juiciosas, sobre el "por qué" de su sufrimiento.
Tanto era su sufrimiento que cuando le vieron por primera vez no empezaron a hablar, ni siquiera le dijeron una palabra, estuvieron 7 días sentados con él, acompañando sólo (eso estuvo bien). (foto 2)
El argumento de Job al contestar los argumentos de sus amigos era claro:
no sois empáticos, habláis desde "vuestro lugar", como si fuese el "único lugar" (vuestra piel)...
Y, hablar es fácil, y gratis, y todos sabemos "hilvanar palabras".
¡Qué ilustrativo fue Job! ... Hilvanar es hacer una costura provisional, rápida, para preparar el trabajo que se hará después, el definitivo (por ejemplo, preparar el dobladillo del bajo de un pantalón para finalmente coserlo como se debe para hacer un trabajo bonito y funcional).
El hilván parece que es el trabajo definitivo, pero no es bonito, no deja un correcto acabado, y no es funcional, o sea, no aguanta el uso, se rompería fácilmente con uno o dos usos.
Así, las palabras dichas a la ligera, pueden parecer en un principio llenas de razón y sentido, sin embargo, no son realmente útiles, no hacen el buen trabajo, es sólo apariencia, porque "suena bien", parece que todo lo que se ha dicho "encaja perfectamente"... pero a la hora del "uso" o "de la práctica" (a la hora de la verdad) sólo ha valido para rellenar una conversación o debate, pero no para aportar nada a quienes iban dirigidas; y por supuesto, nada positivo.
Lo peor es que suelen aportar daño y dolor.
Job dice: "yo también podría HILVANAR contra vosotros palabras..." es decir, también sabría criticar, acusar, reprochar, etc ... sin otro objetivo que el de apuntar con mi dedo índice contra vosotros.
- Y continúa: pero yo no haría eso, tendría un propósito muy distinto, (y lo podemos leer en el pasaje de la foto 1 al final, versículo 5):
1.- os alentaría con mis palabras
2.- con mis palabras consoladoras apaciguaría vuestro dolor.
Qué belleza...
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