UN REY, EL REY.
Nabucodonosor rey; Augusto César emperador…. JESUCRISTO REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Imperios, emperadores, todo tipo de señorío y mandato ha tenido este mundo como escenario… y ¿quién manda realmente?.... hoy dicen que hay un grupo oculto, muy poderoso, que maneja los hilos del poder y la economía …. pero yo creo lo que hace siglos alguien escribió: “El Señor reina” (Salmo 93:1).
Un poderoso emperador, con toda su grandeza, de dominio absoluto sobre el Asia Menor, llamado Nabucodonosor experimenta esa realidad (ha contemplado cómo Dios protege a quienes entregan sus vidas al fuego antes que blasfemar)…. y tras esa experiencia concluye con un decreto: todo pueblo, lengua o nación no quedará impune si blasfeman contra el Dios de Daniel y sus tres amigos (Sadrac, Mesac y Abed-nego) (Daniel 3:28-29).
Poco después, en su soberbia y vanagloria, recibe una nueva lección, esta vez en sus propias carnes: es postrado en el campo como una bestia comiendo hierba durante 7 años, el poderoso emperador reducido a un cuerpo expuesto a la intemperie, alimentado como un animal silvestre, desquiciado…. hasta que reconoce en su espíritu que sólo hay un Señor y Rey sobre todo y todos…: El Altísimo. (Daniel capítulo 4).
“...A tí se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de tí; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre tí, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien Él quiere”. (Daniel 4:32)
“Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia” (Daniel 4:37).
Algo quedó claro para Nabucodonosor: no están en manos del hombre los hilos de la historia… como le fue dicho antes: “ Él (Dios) muda los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos”.
Siglos más tarde la historia contemplará a otro ser humano, otro hombre, adueñado de casi medio mundo conocido: Augusto César. Se hace dueño y señor, y aún más, se hace adorar como dios…. tal su poder y su dominio en la esfera terrestre….
Sin embargo, quién le iba a decir que tan sólo era instrumento en las manos del Altísimo (sí, aquel que postró y humilló siglos antes a su colega de tiranía Nabucodonosor), del Dios de la Gloria, que reina por los siglos de los siglos….
¿Instrumento de qué y para qué?.... para que se cumpla la Palabra de Dios, las promesas de Dios, que son inquebrantables:
“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de tí me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. (Miquieas 5:2)
Profecía: el Señor había de nacer en Belén (insignificante pueblo, pero Dios lo tiene así decidido y nada ni nadie lo cambiará).
Augusto César vivió unos cuantos años sobre la tierra, pero el plan de Dios venía desde la eternidad…. pequeño gran César, aún cuando te llamas a tí mismo “dios”, vienes a ser un instrumento para el servicio de quien en verdad ES DIOS.
¿En qué consistió?.... en su soberanía y potestad, Augusto César tiene la “feliz idea” de que todo el mundo fuese empadronado…. mire usted por donde, que hay siglos en la historia de la humanidad para salir con ese invento, y se le ocurre a este hombre y en esta época…. Pues allá van, José y María, desde Nazaret (en Galilea) hasta Belén (en Judea) para empadronarse allí como se había promulgado por edicto…. porque era el lugar que les correspondía por ser de la casa de David (Lucas 2:1-7).
Y mire usted, señor Augusto, que hay momentos en la vida de una mujer para dar a luz…. pues fue en esa “escapada” a Belén que María da a luz a un niño….. y sería: JESÚS.
¿Quién no conoce la historia de Jesús? (mejor o peor contada, pocas veces leída).
Yo termino este comentario con la declaración del apóstol Pedro frente a los judíos en Jerusalén:
“A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos…. Sepa pues, toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificásteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo (Mesías)”. (Hechos de los Apóstoles 2:32 y 36).
Comentarios
Publicar un comentario