"Yo no maldigo mi suerte" dice una famosa canción de la antología española.
Es cuestión de números en un calendario, los días son todos iguales, no entienden de calendarios ni de cifras... Todos comienzan con la salida del sol y acaban con su puesta.
Pero lo cierto es que es nuestra guía de medición... Medición de una dimensión en la cual existimos y en la que desarrollamos nuestra existencia: EL TIEMPO.
Algunos por tradición, otros por diversión, y quizás muchos por convicción han tomado 12 uvas y de esa forma, mediante el rito, encomiendan a la SUERTE sus deseos, que serán sin duda los mejores.
Pero no son las uvas las que determinarán mi confianza en un futuro dichoso, ni el ritual de tomar las 12 al ritmo de cada campanada... todos sabemos que eso pertenece al terreno de la superstición, pero, aunque eso presupone que muchos lo toman con poca seriedad, más de los que nos creemos lo van a tener en cuenta a la hora de depositar una esperanza: "si lo hago, puede que ocurra lo que deseo, pero como no lo haga, me va a ir mal, o al menos no estoy dando la oportunidad a la suerte"... tal es el pensamiento de muchas personas.
Yo desde aquí quiero compartir con vosotros mi posición personal:
De esa forma afronta el momento del sorteo: las cuerdas son lanzadas al aire y al caer determinarán qué áreas le pertenecerán como heredad (algo muy significativo para la existencia en este mundo, pero con una aplicación espiritual muy bella).
El Señor será su suerte, es decir, lo que ocurra será conforme a la voluntad del Dios en el cual confía y lo que le venga lo aceptará como lo mejor para él porque sabe que su Dios es bueno para con él.
¡GRACIAS SEÑOR, YA QUEDA MENOS!
1 de Enero de 2021. Se fue un año, año 2020, ya es pasado, entra un año nuevo, y volvemos a mirar al futuro.
Es cuestión de números en un calendario, los días son todos iguales, no entienden de calendarios ni de cifras... Todos comienzan con la salida del sol y acaban con su puesta.
Pero lo cierto es que es nuestra guía de medición... Medición de una dimensión en la cual existimos y en la que desarrollamos nuestra existencia: EL TIEMPO.
Deseamos que ocurra de la mejor forma posible pero somos conscientes de que muchas cosas se escapan de nuestro alcance y control... y quizás por eso echamos mano a un "comodín"... No es el de la llamada, ni el del público, es el comodín de la SUERTE. La impersonal e ininteligente suerte.
Algunos por tradición, otros por diversión, y quizás muchos por convicción han tomado 12 uvas y de esa forma, mediante el rito, encomiendan a la SUERTE sus deseos, que serán sin duda los mejores.
Pero no son las uvas las que determinarán mi confianza en un futuro dichoso, ni el ritual de tomar las 12 al ritmo de cada campanada... todos sabemos que eso pertenece al terreno de la superstición, pero, aunque eso presupone que muchos lo toman con poca seriedad, más de los que nos creemos lo van a tener en cuenta a la hora de depositar una esperanza: "si lo hago, puede que ocurra lo que deseo, pero como no lo haga, me va a ir mal, o al menos no estoy dando la oportunidad a la suerte"... tal es el pensamiento de muchas personas.
Yo desde aquí quiero compartir con vosotros mi posición personal:
Hago mías las palabras del Rey David, en este salmo ...:
En tiempos en los que se estaban repartiendo la tierra y esta repartición se realizaba a suertes, el salmista reposa en una certeza inconmovible: es el Señor el que tiene trazado todo el devenir de su vida.... Su presente y su futuro.
De esa forma afronta el momento del sorteo: las cuerdas son lanzadas al aire y al caer determinarán qué áreas le pertenecerán como heredad (algo muy significativo para la existencia en este mundo, pero con una aplicación espiritual muy bella).
El Señor será su suerte, es decir, lo que ocurra será conforme a la voluntad del Dios en el cual confía y lo que le venga lo aceptará como lo mejor para él porque sabe que su Dios es bueno para con él.
De modo que lo que el Señor tenga preparado para él, bueno es... Porque Él es BUENO.
NO, YO NO MALDIGO MI SUERTE, Y NUNCA LO HARÉ.
Hoy, y ahora, 1 de Enero de 2021, puedo decir que deleitoso es el lugar que me ha tocado, y ¿sabéis por qué?... Porque es ÉL MISMO, Y DONDE ÉL ESTÁ.
Él es mi lugar, mi heredad, mi futuro, mi gloria.
¡GRACIAS SEÑOR, YA QUEDA MENOS!
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