SER... ¿Buena persona o persona buena? (-Parte 3-)
Entonces, haciendo memoria de la parte 2, vimos que casi se podría llegar al punto de relativizar eso de ser bueno o malo, o lo del bien y el mal.
Pero al final la realidad nos muestra la evidencia de que hay más objetividad que subjetividad en el asunto.
Y eso se debe a que hay unas referencias que nos muestran los límites en los que movernos, y donde salirnos de ellos o andar dentro de ellos nos informan de la calificación de nuestros actos: aprobado o suspenso.
Lo más curioso es que a parte de existir una referencia externa, que son las leyes establecidas en códigos legales, escritos en papel y tinta, existe la más extendida y común mundialmente que es la referencia interna, la que está en nuestro interior, en lo íntimo de nuestro pensamiento, esa parte de nosotros que nos habla a nosotros mismos y que le tenemos puesto nombre: conciencia, no escrita con tinta y en papel, sino con espíritu y en el corazón.
“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,...” (Romanos 2:14-15).
“Y este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré” (Hebreos 10:16).
Recordando la Parte 1 volvemos a mencionar que los animales no poseen dicho aspecto, característica o dimensión, es decir, no son seres espirituales, como el ser humano. (Aprovecho para decir que, según la Palabra de Dios, el animal deja de existir cuando muere, no va al cielo ni al infierno,... no hay una eternidad para ellos, a diferencia del ser humano).
Así que de repente nos encontramos de bruces con la evidencia del mundo espiritual el cual, lo queramos o no, lo creamos o no, rige en el mundo físico.
En las dos partes anteriores no me apoyé en ninguna cita de las Escrituras, como pudísteis comprobar, y aquí ya hemos comenzado con ellas, una vez planteado y enfocado el tema: vamos más allá de lo meramente humano o humanista, nos dirigimos a lo espiritual y lo divino; y para ello hace falta tirar de la revelación divina, que es la Palabra de Dios.
No olvidemos el tema que nos ocupa: “lo importante es ser buena persona”. Y ahora nos toca decir: si, es importante, al menos es mucho mejor que ser mala persona, pero, no es suficiente.
¿Suficiente para qué?... ¿Suficiente para quién?.... (no voy a decirlo aún).
Lo más importante es ser una persona buena, ya lo dijimos. Pero, ¿qué es ser una persona buena? y ¿quién determina (o juzga) si una persona es buena o no lo es?... (tampoco lo diré aún).
Os espero para la próxima, porque, lo continuaré….
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