Feliz Año Nuevo
Se fue un año, ya es pasado, entra un año nuevo, y miramos al futuro.Es cuestión de números en un calendario, los días son todos iguales, no entienden de calendarios ni de cifras... Todos comienzan con la salida del sol y acaban con su puesta.
Pero lo cierto es que es nuestra guía de medición... Medición de una dimensión en la cual existimos y desarrollamos nuestra existencia: el TIEMPO.
Deseamos que ocurra de la mejor forma posible pero somos conscientes de que muchas cosas se escapan de nuestro alcance y control... Quizás por eso echamos mano a un "comodín"... No es el de la llamada, ni el del público, es el comodín de la SUERTE. La impersonal e ininteligente suerte.
Algunos por tradición, otros por diversión, y quizás muchos por convicción: tomar 12 uvas y encomendar a ello nuestros deseos, que serán sin duda los mejores.
Pero no son las uvas las que determinarán mi confianza en un futuro dichoso.
Hago mías las palabras del Rey David, en este salmo ...
En tiempos en los que se estaban repartiendo la tierra y esta repartición se realizaba a suertes, el salmista reposa en una certeza inconmovible: es el Señor el que tiene trazado todo el devenir de su vida.... Y DE LA MÍA.
De esa forma afronta el momento del sorteo: las cuerdas son lanzadas al aire y al caer determinarán qué áreas le pertenecerán como heredad (algo muy significativo para la existencia en este mundo, pero con una aplicación espiritual muy bella).
El Señor será su suerte, y será el que la sustente. De modo que lo que el Señor tenga preparado para él, bueno es... Porque Él es BUENO.
Deleitoso es el lugar que me ha tocado, y ¿sabéis por qué?... Porque es ÉL MISMO, Y DONDE ÉL ESTÁ. Él es mi lugar, mi heredad, mi futuro, mi gloria.
¡GRACIAS SEÑOR, YA QUEDA MENOS!
Algunos por tradición, otros por diversión, y quizás muchos por convicción: tomar 12 uvas y encomendar a ello nuestros deseos, que serán sin duda los mejores.
Pero no son las uvas las que determinarán mi confianza en un futuro dichoso.
Hago mías las palabras del Rey David, en este salmo ...
En tiempos en los que se estaban repartiendo la tierra y esta repartición se realizaba a suertes, el salmista reposa en una certeza inconmovible: es el Señor el que tiene trazado todo el devenir de su vida.... Y DE LA MÍA.
De esa forma afronta el momento del sorteo: las cuerdas son lanzadas al aire y al caer determinarán qué áreas le pertenecerán como heredad (algo muy significativo para la existencia en este mundo, pero con una aplicación espiritual muy bella).
El Señor será su suerte, y será el que la sustente. De modo que lo que el Señor tenga preparado para él, bueno es... Porque Él es BUENO.
Deleitoso es el lugar que me ha tocado, y ¿sabéis por qué?... Porque es ÉL MISMO, Y DONDE ÉL ESTÁ. Él es mi lugar, mi heredad, mi futuro, mi gloria.
¡GRACIAS SEÑOR, YA QUEDA MENOS!
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