Parte 22. DEL TIRÓN… SIN ANESTESIA.
Jesús termina ya su exposición. Este versículo lo haré en dos partes. Hoy vamos a considerar la primera mitad del versiculo: “velad, pues, en todo tiempo orando…”
Un broche final para todo un tema apasionante, sobrecogedor, pero sobre todo real, por muy increible que pueda parecer.
Así que el aviso final es claro: VELAD. Sí, velad, “no os durmáis en los laureles”, dormirse es de perezosos, y el perezoso sólo experimenta pérdidas, ningún beneficio obtiene de su actitud.
Este sistema mundial está establecido sobre una “anestesia”.... ¿sabéis cómo funciona la anestesia verdad? (algunos mejor que yo, porque sois anestesistas, ¡y gracias a Dios que nos dió en medicina esa maravilla!).... la anestesia duerme (inhibe la consciencia, y produce amnesia), relaja (impide la reacción muscular) y produce analgesia (anula el sentimiento de dolor).... ¡eso es una maravilla para un paciente que va a ser operado en un quirófano!....y doy gloria a Dios por disfrutar de estos tiempos en los que contamos con ello.
Pero la anestesia espiritual es lo peor que le puede pasar al ser humano. Porque como todo, la anestesia es buena si es bien usada (al igual que el cuchillo de cortar el jamón).
Si usamos la anestesia en una persona que de repente siente una molestia abdominal, no sólo será una medida de abordaje desproporcionada de la afectación, sino que también contraindicada… porque la molestia, o el dolor, debe llevarnos al estudio de la causa, conocer el origen de ese dolor, y poner manos a la obra para dar la oportuna solución.
Un paciente con apendicitis sin diagnosticar, al cual se le administra medicación para eliminar todos los síntomas, puede desembocar en una perforación y posterior peritonitis lo cual le llevará a una sepsis que puede acabar con su vida (y esto en un período breve de tiempo).
De la misma manera, el alma que padece y experimenta las consecuencias del mal, no debe ser “anestesiada”, porque el mal la destruirá a ella. Es absolutamente primordial estudiar el caso y la causa, diagnosticar, y poner manos a la obra para tomar las medidas oportunas.
NO OS DURMÁIS. VELAD. Este sistema mundial usa la anestesia más potente para las almas: dinero, ambiciones, tecnologías, trabajo, ocupaciones, ocio, afanes de todo tipo,... que mantienen las conciencias en un estado de “sueño y analgesia” respecto al problema principal: EL PECADO Y SUS CONSECUENCIAS.
¿Cuántas veces te has parado a PENSAR, a CONSIDERAR, a MEDITAR, sobre las cosas espirituales?.... El sistema que te envuelve no te anima a ello precisamente, más bien te anima a ir de compras y de bares todo lo que puedas…
Jesús llama a una actitud de “ALERTA”, que es todo lo contrario a la ANESTESIA.
Jesús incide aún más: “en todo tiempo”.... no lo dejéis para cuando seáis viejos… no lo dejéis para cuando estéis un día sin nada que hacer… no lo dejéis para las vacaciones…. cualquier postergación es una excusa y un momento que nunca llegará, siempre habrá ese “ya si acaso otro día”.... No, no bajes la guardia.
¿Por qué tanta premura?.... “velad PUES…”. Ese “pues” enlaza con lo que dijo antes: hay premura, hay importancia, porque todo lo que ha advertido viene como un lazo que atrapará a TODOS, y no sabes cuando… ¿te vas a confiar?.
Ok, Esteban, ¿y qué hacemos?... ¿nos subimos a la azotea a mirar al cielo a ver qué pasa?.... No…. eso no sería práctico (porque hay muchas cosas, deberes, y quehaceres, diarios) ni es lo que está indicado por Jesucristo (nunca enseñó a nadie a aislarse en una vida contemplativa).
La respuesta es “ORANDO”. Habla con Dios, ten comunión con EL. Pero hablar con Dios no es soltar palabras al viento, a ver si pasa algo (como el que mete un mensaje en una botella y la lanza al mar). Hablar con Dios es saber que Dios también habla contigo, y Dios habla contigo mediante “La Palabra” que es la Biblia.
LEE y ORA. Acude a conocer la voluntad de Dios para ese alma TUYA que vive en un mundo que la está adormeciendo CADA DÍA MÁS y que necesita medicina SALVADORA del mal y no ENCUBRIDORA del mal.
(En la próxima parte, la Parte 23, veremos la oración que corresponde a este caso y contexto concreto, es tremendamente importante).
QUE DIOS NOS BENDIGA.
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