UN BUEN ORDEN.
Cuando tu propia casa es más importante para tí que la casa de Dios, las consecuencias se dejan ver pronto.
El profeta Oseas le anuncia al pueblo de Dios ese mal camino que habían tomado, estaban afanados en reformar sus casas, en adornarlas, embellecerlas, hacerlas lujosas... Entre tanto, el Templo (la casa de Dios) estaba abandonado, en último plano de preocupación o interés para ellos.
"¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?
Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová." (Hageo 1:4-8)
Por favor, os animo a que leáis ENTENDIENDO. Dios no tiene casas, Dios no habita en casas hechas por manos de hombres, los cielos de los cielos no le pueden contener... ¡¿Qué templo ni qué casa va a echar Dios en falta ni nada parecido?!...
"Mas ¿quién será capaz de edificarle casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, sino tan sólo para quemar incienso delante de él?"
Pero Dios estableció el Templo de Jerusalén como "su casa" a modo de lugar donde sería invocado Su Nombre y donde Él oiría a su pueblo y aceptaría el sacrificio para perdón de pecados de la nación y de cada uno del pueblo.
"Mas ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que he edificado?. Mas tú mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh Jehová Dios mío, para oir el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti. Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar."
Esa llamada de atención denunciando al pueblo nos enseña cómo es posible que seamos hasta tal punto egoístas e ingratos, que nos fijamos más en nuestra vidas y en nuestros intereses y apetencias, que en Dios que es el Eterno y el dador de todas las cosas.
A su vez nos encontramos con el extremo opuesto; el pueblo cae en la idolatría al mismo Templo (tiempos de Jesús), y el Señor les tiene que enseñar y decir: ¿Qué es mayor, el oro del Templo o el Templo que santifica el oro... Y qué es mayor el cielo o Dios que le da sentido al cielo?...
En estas fechas vamos a recibir regalos... Y os pregunto:
ACEPTAR SERÍA VENIR A SER UNO MISMO CASA, TEMPLO, DEL MISMO DIOS.
"para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,..."
Cuando tu propia casa es más importante para tí que la casa de Dios, las consecuencias se dejan ver pronto.
El profeta Oseas le anuncia al pueblo de Dios ese mal camino que habían tomado, estaban afanados en reformar sus casas, en adornarlas, embellecerlas, hacerlas lujosas... Entre tanto, el Templo (la casa de Dios) estaba abandonado, en último plano de preocupación o interés para ellos.
Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová." (Hageo 1:4-8)
Por favor, os animo a que leáis ENTENDIENDO. Dios no tiene casas, Dios no habita en casas hechas por manos de hombres, los cielos de los cielos no le pueden contener... ¡¿Qué templo ni qué casa va a echar Dios en falta ni nada parecido?!...
"Mas ¿quién será capaz de edificarle casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, sino tan sólo para quemar incienso delante de él?"
(2º de Crónicas 2:6)
Pero Dios estableció el Templo de Jerusalén como "su casa" a modo de lugar donde sería invocado Su Nombre y donde Él oiría a su pueblo y aceptaría el sacrificio para perdón de pecados de la nación y de cada uno del pueblo.
"Mas ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que he edificado?. Mas tú mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh Jehová Dios mío, para oir el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti. Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar."
(2º de Crónicas 6:18-20)
Esa llamada de atención denunciando al pueblo nos enseña cómo es posible que seamos hasta tal punto egoístas e ingratos, que nos fijamos más en nuestra vidas y en nuestros intereses y apetencias, que en Dios que es el Eterno y el dador de todas las cosas.
A su vez nos encontramos con el extremo opuesto; el pueblo cae en la idolatría al mismo Templo (tiempos de Jesús), y el Señor les tiene que enseñar y decir: ¿Qué es mayor, el oro del Templo o el Templo que santifica el oro... Y qué es mayor el cielo o Dios que le da sentido al cielo?...
"¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro?"
(Mateo 23:17)
(Mateo 23:17)
"...y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él."
(Mateo 23:22)
¿Es más importante tu vida y tus bienes que el Dios que te ha dado esa vida y esos bienes?... El apóstol Pablo nos enseña que Abraham estuvo dispuesto obedecer la petición de Dios y a sacrificar a su único hijo porque creyó que el mismo Dios que le concedió ese hijo y se lo reclamaba en sacrificio tenía poder para devolvérselo resucitado de entre los muertos.... ESO SÍ QUE ES CONOCER A DIOS Y ADORAR A DIOS.
Por cierto, a Dios le fue suficiente con la disposición obediente de Abraham (llevo a alzar el cuchillo con su mano y Dios lo detuvo en ese gesto), y fue contada por justicia, como demostración de una FE verdadera.
"Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir."
(Hebreos 11:17 - 19)
En estas fechas vamos a recibir regalos... Y os pregunto:
¿QUÉ OS PARECERÍA QUE MOSTRÁRAMOS TODO NUESTRO INTERÉS, AFÁN Y DESEO POR EL REGALO, Y MENOSPRECIEMOS E IGNOREMOS A LA PERSONA QUE NOS LO ENTREGA?....
PUES PENSAD EN QUIÉN NOS DA LA VIDA Y TODO LO DEMÁS CON ELLA...
Y AÚN, NOS ESTÁ LLAMANDO PARA OFRECERNOS ALGO MUCHO MÁS EXCELENTE, QUE LE COSTÓ UN PRECIO INFINITO (por si acaso os gustan los regalos caros).... ¿LO VAMOS A MENOSPRECIAR E IGNORAR?.... (Sería peor que dedicarse a artesonar nuestras casas y dejar en ruinas el Templo)...
ACEPTAR SERÍA VENIR A SER UNO MISMO CASA, TEMPLO, DEL MISMO DIOS.
"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?"
(1º de Corintios 6:19)
"para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,..."
(Efesios 3:17)
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