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CORAZON COMO DIAMANTE

Corazón como diamante

Seguro que al leer el título de este tema que escribo uno se hace una idea muy atractiva: un corazón precioso, valioso, es decir un corazón que presenta unas características como una de las gemas más preciosas que existen: el diamante.


Sin embargo, el tema no va en ese sentido, y quizás te sorprenda cuando te diga que es todo lo contrario, ya que hay una característica en esa gema que la hace muy valiosa pero que aplicada a la ilustración del corazón hace que sea una denuncia en vez de un elogio. 


Se trata de la dureza.


La dureza del diamante lo convierte en el mineral más duro que existe, es decir, aquel que ralla a todos los demás y no puede ser rallado por ningún otro.


Y es en este sentido en el que Dios denuncia a su pueblo Israel; un pueblo rebelde y desobediente, un pueblo que "convirtió en desierto la tierra deseable".


Israel, escogido y amado por Dios, se mostró ingrato e ignoró la maravillas con las que Dios se mostró hacia ellos. Hay que ser muy duro para actuar así.


Es por eso que el enojo y la ira de Dios se encendió para con su pueblo y los echó de su tierra dispersados por todas las naciones.


El deseo de Dios es que su pueblo fuese semejante a Él, mostrando un carácter de justicia, de misericordia, de gracia y de amor; el carácter de Dios.


No hay nada que reprochar ante tales deseos: "juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano."


Seguro que todos estamos de acuerdo con estos principios, seguro que todos nos enfadamos cuando leemos aquella conducta de Israel, seguro que se nos vienen pensamientos muy justicieros al respecto pero…. Os recuerdo que Dios nos dice algo muy importante:


1ª Corintios 10:6 “Mas estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros…”.


Y es que la vivencia de Israel es una forma de manifestar lo que cada ser humano es: un ser amado por Dios pero ingrato y rebelde a Él.


La Palabra de Dios no oculta las tremendas caídas del pueblo de Dios y sus horribles rebeldías. Si la Biblia fuese un invento de hombres seguramente habría ocultado o evitado decir lo malo y hubiese mostrado sólo lo bueno, para presumir de ser los mejores (como hacen los orgullosos religiosos).


Sin embargo Dios ha hablado, en su Palabra, para enseñarnos, para salvarnos.


Por tanto, examinemos nuestros corazones, nuestras intenciones y conductas, y pongámonos cara a cara ante Dios, el cual demanda de nosotros amor, justicia y santidad.

¡Que diferente serían los gobiernos y las naciones si los hombres fuesen como Dios nos pide que seamos!


Pero el problema es que nuestros corazones son como diamantes: terriblemente duros. 

¿Quién es capaz de obedecerle, quien es capaz de “ser” como Dios quiere que seamos y “hacer” lo que Dios pide que hagamos?.


Dios envío a su Hijo, haciéndolo hombre, para sacrificarlo a fin de quebrantar la dureza del corazón, y hacer corazones nuevos, COMO DIAMANTES, PERO ESTA VEZ SEGÚN SU BELLEZA Y VALOR.


Dios enseña que el arrepentimiento y la fe te pondrán en los brazos del Único Salvador.


Os deseo toda la fe en Cristo.


Zacarías 7:8-14.


7:8 Y vino palabra de Jehová a Zacarías, diciendo:

7:9 Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano;

7:10 no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano.

7:11 Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

7:12 y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.

7:13 Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos;

7:14 sino que los esparcí con torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desierto la tierra deseable.


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